La ley

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La manera en que se define la palabra ley impacta en el tipo de normas que se crean para combatir la corrupción y alcanzar otros objetivos. En todo momento, el propósito de la ley se centra en la protección de los intereses que una comunidad decide preservar. Sin embargo, para entender la naturaleza de la ley, no solo se necesita saber cuál es su objetivo, sino también el mecanismo por el cual lo alcanza.

En América Latina, la palabra ley se define comúnmente como «norma dictada por una autoridad pública que a todos ordena, prohíbe o permite, y a la cual todos deben obediencia» (César Quintero, Derecho constitucional, 1967). A consecuencia de esta definición, el abanico de mecanismos que la ley abarca se limita a listar principios (derechos y deberes). El que se cumplan, en última instancia, depende de las cualidades humanas (externas a la ley). Así pues, el problema es que la ley no puede cambiar estas cualidades, y se percibe que la solución está en otras subdivisiones de las herramientas empleadas para combatir la corrupción, como la cultura cívica.

Esta definición ignora que se dispone de otro mecanismo a través del cual la ley puede conseguir que el agente gubernamental cumpla sus funciones de forma fiel, independientemente de su carácter moral y sin prescribir conducta o principio alguno. Este se basa en establecer estructuras gubernamentales que eliminen o neutralicen los conflictos de intereses y que creen mejores incentivos.

El filósofo John Rawls usa la analogía de cómo dividir un pastel que todos desean desesperadamente para ilustrar la diferencia entre estos dos mecanismos. La meta es que a cada persona le toque una tajada de igual tamaño. Una solución compatible con la definición convencional conlleva promulgar una ley que plasme el principio de igualdad y ordene al funcionario encargado de repartir el pastel a cortar tajadas de igual tamaño. Por supuesto, este podría ignorarla y llevarse todo, dejando migajas para el resto. En contraste, una solución compatible con el segundo mecanismo conlleva promulgar una ley que dicte que a quien corta el pastel le tocará la tajada restante después que todos los demás agarren la suya. Esto crea un incentivo para que corte porciones de igual tamaño, ya que, si las corta desiguales, las más grandes ya habrán sido tomadas para cuando llegue su turno, por lo que le tocaría la más pequeña.

Una definición inclusiva de ley es: norma de control social para el avance de los intereses que una comunidad, mediante autoridad competente, decide preservar. La ley suprema es la constitución.